Allí los efectivos identificaron a dos personas, una de ellas portando un reflector con los cables cortados, sin poder justificar su procedencia. Se trataba de Miguel Eduardo López, de 25 años, quien lleva un dispositivo electrónico de control por una causa de violencia de género. El otro involucrado resultó ser un menor de edad.
Tras consultar al Centro de Monitoreo, se constató que López había permanecido en un descampado en calle 9 de Julio, entre Rosales y San Martín. En ese lugar se halló un poste de luz con cables cortados, la faltante del reflector y una escalera apoyada en otro poste.
Por orden del Juzgado de Instrucción N.º 1, se procedió a una requisa personal, que arrojó resultado positivo. Se le incautó el reflector sustraído, mientras que al menor se le secuestraron un destornillador, un cuchillo tipo Tramontina y una llave francesa. Ambos fueron notificados de sus derechos y el caso quedó bajo intervención de la Comisaría de Género y Familia.