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Milei anuncia datos económicos y busca mostrar que va en el "camino correcto"

El presidente Javier Milei anunciará este lunes por cadena nacional los resultados económicos y financieros del primer trimestre, y que señalará como una demostración de que “está en el rumbo correcto”, en el inicio de una semana en la que están programadas acciones por conflictos por recortes a universidades, negociaciones salariales y propuestas de privatización.
El gobierno viene preparándose para el impacto de las reacciones contra el ajuste que, asegura, tiene su pico en abril. Este martes será la marcha contra el ajuste presupuestario y en defensa de la educación pública en las universidades, cuando estudiantes, docentes, no docentes y directivos se movilizarán en todo el país, con epicentro en la ciudad de Buenos Aires, con un acto en Plaza de Mayo.
Contará con el apoyo de representantes de centros educativos privados, de diversos sectores sociales y, entre otros, de la Confederación General del Trabajo (CGT) que aportará una columna como parte de su agenda de lucha contra la pérdida de poder adquisitivo y los despidos -el 1° de mayo hará su propia movilización, el 9° de mayo llamó al paro general-.
Casi todas las provincias muestran una organización similar con concentraciones citadas en sus principales ciudades lo que, como mínimo, le marcaría un punto al gobierno de Milei y es que la motosierra legitimada en las urnas tiene un límite: la educación pública.
Esfuerzos oficiales
Con esa agenda de movilización callejera por delante, no son improvisados los insistentes posteos del presidente Milei contra el “adoctrinamiento en las aulas” -con foco en la Universidad de Buenos Aires (UBA)- que continuaron durante este fin de semana, ni la auditoría propia que exige, ni los señalamientos al gasto por la admisión de estudiantes extranjeros en las universidades.
Tampoco los esfuerzos de sus funcionarios por transmitir “consensos” -rápidamente desmentidos por el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN)- con la comunidad educativa como ocurrió a mitad de esta semana respecto al presupuesto y los recursos; menos es aleatorio entonces el espacio que hizo en su agenda Milei para contar por cadena nacional que su gestión logró el cierre del primer trimestre con superávits gemelos.
Hablará desde su despacho en la Casa de Gobierno sobre la balanza comercial y financiera positiva sostenida durante los primeros tres meses de gestión; enfocará además en la leve baja de la inflación intermensual exhibida por el Indec en marzo y prometerá que será mayor en los próximos meses porque la medición núcleo (variación de precios a mediano plazo) así lo sugiere.
Milei hará una muestra de “fortaleza política a partir del cumplimiento de las promesas económicas”, indicaron fuentes cercanas al Grupo Crónica. El último presidente que logró superávits gemelos de manera sostenida fue el fallecido, Néstor Kirchner.
Las diferencias se evidencian en las formas. El expresidente Kirchner sorprendió durante su gobierno, posterior a la crisis económica del 2001, con la premisa de “la gente adentro”: la inflación de un dígito, salarios en alza y repunte del empleo, la actividad y la recaudación.
A fines de 2023, en cambio, Milei ganó las elecciones con la propuesta de un método diferente: ajuste y motosierra. Y con cuatro meses de gobierno, reivindicó que lleva adelante “el ajuste fiscal más grande de la humanidad”. Así lo remarcó este viernes ante los principales empresarios del país donde fue aplaudido de pie. Explicó la herencia recibida y dio su visión a futuro para la gestión.
Ese camino lo repasará este lunes ante la población por cadena nacional con eje en los resultados fiscales.También le dedicará algunos párrafos a la clase media y media -alta. Esta semana dio una clara señal para los clientes de prepagas al ir en contra de su teoría libertaria e intervenir en los precios de las cuotas y denunciar “cartelización”.
En paralelo, los laboratorios de medicamentos aceptaron un congelamiento de precios. Se suma a la ayuda de $27.000 para las familias con hijos en colegios privados que no pueden afrontar la disparada de cuotas que ocurrió en diciembre tras la devaluación de 118% de la moneda. Todas señales para un sector al que el gobierno le pide tiempo y no quiere abandonar.
Proyecciones
Milei sabe, a su vez, que en los meses más duros para los más vulnerables y la clase media - baja, muchos pueden percibir que esos números fiscales cierran con la gente “afuera”: inflación de dos dígitos, salarios a la baja, pérdida de empleo -aunque destacará que no fue tan pronunciada en el contexto de la recesión-, caída de la actividad y la recaudación. Es una “sensación” que también buscará revertir cuanto antes con la promesa de un crecimiento en “V”.
Tal es así que sus ministros comenzaron a reforzar esta semana la idea de un “rebote fuerte en el segundo semestre”. Llamó la atención el informe que publicó al mismo tiempo el Fondo Monetario Internacional ( FMI) con sus proyecciones para la Argentina: el PBI caerá 2,8% y la inflación -que en octubre 2023 estimó del 70% anual- será del 150% en 2024.
Las cifras generaron especial sorpresa al coincidir con la visita del jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y del ministro de Economía, Luis Caputo, a Washington en busca de concretar apoyo financiero extra del FMI para fortalecer reservas del Banco Central en la etapa que viene donde el objetivo es la liberación total o parcial del cepo cambiario.
En consecuencia, es probable que algo que Milei mencionó en su discurso a puertas cerradas en Bariloche ante los ejecutivos y dueños de empresas no se incluya en la cadena nacional de este lunes: el tratamiento de “héroes” a empresarios que fugan dólares porque escapan de “las garras del Estado”.
En lo inmediato desestimó una devaluación del tipo de cambio como presionan desde el sector agroexportador que atraviesa los meses de liquidación de la cosecha gruesa. A mediano o largo plazo, cuando la economía vuelva a crecer, prometió una baja de impuestos.
Por lo pronto, el gobierno afrontará en estos días el enorme desafío de transmitir logros económicos que aún no se traducen en los bolsillos en paralelo con las primeras muestras de protestas callejeras que podrían ser masivas. Un desafío mayor será evitar el efecto contagio de la expresión del malestar social.
Los organizadores de estas movilizaciones tampoco son improvisados. Marcharán mientras llegan las nuevas boletas de la luz, gas y agua, se digieren los aumentos de los peajes, los transportes y los combustibles.
Todo ocurre en sintonía con las negociaciones entre el gobierno y los gobernadores para conseguir los votos para la Ley Bases en la Cámara de Diputados donde repartirán entre el oficialismo y los dialoguistas el costo político de otra prueba para la paciencia social: la restitución del Impuesto a las Ganancias sobre los salarios más altos.

Javier Milei

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