Debido a la pandemia y la crisis económica, la Panadería la Unión tomó la determinación de cerrar sus puertas temporalmente. Fm Fuego dialogó con Jorge Centurión, encargado del lugar, acerca de esta triste decisión para la isla.
Sostuvo que “desde marzo venimos en una caída estrepitosa, con pérdida tras pérdida, siempre apuntamos a llegar a septiembre u octubre para sostener las fuentes laborales, imaginando que llegando a esta etapa del año la situación estaría más acomodada, que las rutas estén abiertas y tener la posibilidad de trabajar”. Al respecto consideró que “al estar cerradas, una estructura como la que tenemos nosotros acá en Tolhuin es imposible seguir, lo único que estamos haciendo es acumular deudas” y reiteró que “siempre con la expectativa de mantener las fuentes laborales y que la gente siga cobrando, pero se debe todo lo que son cargas sociales e ingresos brutos, los proveedores, seguimos teniendo deudas y no vemos salida”.
A raíz de lo expuesto sostuvo que “con mis compañeros y Emilio decidimos tomar la decisión de cerrar, ojalá que lo podamos volver a abrir” y añadió “tenemos que reestructurarnos y buscarle la vuelta, pero la realidad es que es insostenible”. Respecto a la determinación señaló que “era cuestión de tiempo. Un día decidimos juntamos los más antiguos y ver que hacer, pero no hay forma” y agregó “hicimos todo lo posible para llegar a la etapa que llegamos hoy, pero si todo sigue cerrado es inviable”.
Respecto del funcionamiento de la panadería, señaló que “se trabaja muy bien en la temporada de octubre hasta marzo, luego en la época invernal que es muy dura se trabaja a un 50%. Normalmente de todo lo que se factura se deja un buen resto para poder solventar el invierno, para que la fuente laboral se mantenga todo el año” sin embargo, expresó que tras la pandemia se agotaron todas las reservas “tuvimos ayuda del ATP, pero así y todo con lo poco que se facturaba era para cubrir los sueldos, pero quedan todos los otros gastos”.
En relación a la reacción por parte de los trabajadores tras la drástica decisión sostuvo que “cada uno lo toma como puede, la realidad es tan alevosa, tan fuerte que sobran las palabras. Es dolorosísimo, son compañeros y familias que se quedan sin trabajo” y comentó “salimos con el delivery, hicimos desayunos, vendimos milanesas, tratamos de reconvertirnos, pero hoy no alcanza nada, para esta estructura no es sostenible” se lamentó. Informó que son 27 los grupos familiares que podrían quedarse sin empleo.
Sobre la importancia del turismo para el funcionamiento del local destacó el de la provincia “sobre todo la gente de Río Grande, que tienen casas de fin de semana y después obviamente el turismo nacional e internacional de la temporada que nos ayuda a solventar todo el año”.
Ante la crisis se conoció que Emilio, dueño de la Unión, ha puesto en venta bienes personales para poder solventar los gastos, lo cual consideró “es lamentable” y agregó que “va a haber gente que tal vez se tenga que quedar sin trabajo y nosotros los vamos a acompañar” sostuvo con tristeza ya que comparten largas jornadas de trabajo “convivimos mucho tiempo acá, pero la realidad es tan contundente, lo que imaginábamos no pasó, pensábamos arrancar de nuevo en octubre”.



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