
Niñas, niños, jóvenes y adultos compartieron jornadas llenas de música, color y encuentro, en un espacio que se convirtió en punto de referencia durante estas vacaciones.
Los talleres de murga, caporales y batucada pusieron ritmo a las tardes tolhuinenses, fomentando la participación y el disfrute colectivo desde el arte popular.
Además, el ciclo de cine infantil fue una de las actividades más esperadas por los más chicos, que vivieron con entusiasmo cada función y compartieron momentos únicos en familia.
Estas propuestas fueron diseñadas para fortalecer el acceso a la cultura y generar espacios de pertenencia durante el invierno. La Casa de la Cultura, se consolidó una vez más como epicentro del movimiento artístico y comunitario en el corazón de la isla.
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