En declaraciones radiales, Darío Loreto se refirió a las acusaciones que apuntan al transporte como un factor que encarece la producción en la provincia. “Sí, la verdad que eso te da un poco de bronca cuando te dicen que la logística es cara, porque nosotros, por lo menos a lo que se refiere al transporte, trabajamos con un sistema que se llama Open Book con las industrias. Nosotros le abrimos los costos, le mostramos lo que realmente gastamos, y sobre eso lo único que discutimos es lo que ganamos. Si nosotros le ponemos un 15, ellos dicen ‘no, te pago un 12’, y esa es la única discusión”, explicó.

Agregó que los industriales con los que trabaja reconocen y valoran esa modalidad: “Están muy contentos, incluso te llaman para preguntarte en qué te pueden ayudar, en qué se puede presentar un proyecto conjunto para hacer esto más dinámico. Nosotros vivimos trabajando permanentemente en eso. Pero la realidad es que cuando te dicen estas cosas, parece que están viendo otra película”.

Además, remarcó que la provincia es “transporte-dependiente” y que, pese a eso, el grueso de la actividad no queda en manos locales. “El 70% de los transportes que ingresan a Tierra del Fuego no son de la provincia. Y no por eso vamos a ir a decirle al industrial ‘contratame a mí’, pero si te fijás cuántos camiones son de empresas fueguinas, no hay muchas. Entonces cuando dicen que nosotros somos subsidiados por Nación, o por otros lados, yo te digo que es mentira. Por lo menos en lo que es transporte, el 70% de los que vienen acá no generan derrame económico en Tierra del Fuego, porque los dueños de los transportes no son de acá. Ese derrame lo generan en el continente”.

Loreto también explicó que, además, el transporte fueguino genera gastos en otras provincias, contribuyendo a la economía nacional. “Nosotros cargamos combustible hasta Río Gallegos, y generamos un derrame económico en otra provincia. Y cuando vamos a un taller en Buenos Aires o en Bahía Blanca, pagamos IVA como cualquier otro, aunque seamos de Tierra del Fuego. No será mucho, pero también gastamos allá. Entonces la realidad es que como provincia deberíamos hacer un análisis más profundo y poder mostrarle a la Nación cómo somos realmente”.

En esa línea, subrayó el aporte concreto que realiza el sector a la economía fueguina, “Además, tenés que contar lo que es la logística de Tierra del Fuego que trabaja para las industrias, y eso son dos mil o dos mil quinientas personas más que trabajan directamente para el sector. Eso sí genera un derrame genuino en nuestra provincia”.

Por otro lado, el referente advirtió sobre la falta de planificación estructural en torno a la logística en Tierra del Fuego. “Ojalá nosotros tuviéramos cinco puertos en la provincia, porque sería lo mejor que nos puede pasar como isla”, planteó, y remarcó que uno de los mayores desafíos que enfrentan las industrias es el llamado “costo financiero”, vinculado al tiempo que las mercaderías permanecen en tránsito. “Eso lo podríamos reducir si contáramos con dos o tres puertos que permitieran trabajar más a full time con las industrias. Eso ayudaría un montón”, afirmó.

Asimismo, cuestionó que no exista una agenda concreta para fortalecer el abastecimiento y la competitividad local. “En cualquier isla del mundo, lo primero que hacen es trabajar en la logística para evitar que lo que se produce sea más caro. Nosotros no estamos enfocados en eso. Y tenemos el beneficio de la ley, pero aún así hay muchas cosas que podríamos aprovechar mejor”.

Por otra parte, lamentó que las discusiones sectoriales se den una vez que los problemas ya están instalados. “No nos sentamos a hablar, nos sentamos a hacer catarsis cuando todo ya pasó. Entonces, lo que termina ocurriendo es que el empresario, como puede, toma decisiones y muchas veces eso implica que pierde la gente”, dijo. Y agregó que esto es parte de una problemática estructural del país: “No lo digo por esta época, esto pasa desde hace muchos años. No hay políticas claras, ni políticas de Estado, ni seguridad jurídica”.

Finalmente, hizo referencia al actual proceso de desregulación que impulsa el Gobierno nacional y señaló que, si bien hay medidas positivas, muchas otras son preocupantes. “Desregulan 400 cosas por semana y lo venden como publicidad. Es una locura. Hay regulaciones que sí hacían falta corregir, pero hay otras que realmente no están buenas”, concluyó.