De acuerdo con medios asiáticos, el robot tiene forma humanoide y está equipado con un útero artificial en el abdomen, lo que permitiría la gestación de un feto humano durante las 40 semanas de embarazo y posteriormente el parto.

En declaraciones a la revista Kuai Ke Zhi, Qifeng aclaró que no se trata de una incubadora, sino de un humanoide con un útero artificial capaz de replicar el proceso natural de un embarazo, desde la concepción hasta el nacimiento. Explicó que el sistema ya está en una etapa avanzada de desarrollo, aunque aún no se ha revelado cómo se produciría la fecundación.

Una vez implantado el útero en el robot, este podría “embarazarse” y permitir el crecimiento del feto en su interior, en un ambiente con líquido amniótico artificial y con alimentación a través de una sonda.

El investigador sostuvo además que se están realizando debates éticos y legales con autoridades de la provincia china de Guangdong, donde se han presentado propuestas para definir políticas y legislación.

La idea se suma a antecedentes de investigación en úteros artificiales. En 2017, científicos del Hospital Pediátrico de Filadelfia desarrollaron un sistema experimental, similar a una bolsa de plástico, que fue probado en corderos y permitió un desarrollo neurológico, pulmonar y cerebral normal, con el objetivo de mejorar la supervivencia de bebés prematuros.