La estructura, confeccionada en 1990 en madera de lenga con ilustraciones de cauquenes, flores y una vista naïf de la ciudad, es desde hace más de 30 años una de las postales turísticas más reconocidas de Ushuaia. Sin embargo, a principios de julio, la Agencia de Desarrollo Ushuaia Bureau y el Colegio de Arquitectos de la provincia lanzaron un concurso para sustituirla por un diseño más moderno, argumentando que su mantenimiento resulta costoso debido a las inclemencias climáticas y actos vandálicos.
La iniciativa generó una fuerte reacción en la comunidad. Vecinos, artistas, gestores culturales y profesionales manifestaron su rechazo, sumando adhesiones y firmas para defender el valor patrimonial y turístico del cartel.
Ante la controversia, la Municipalidad de Ushuaia, a través de las Secretarías de Turismo y de Cultura, impulsó una mesa de diálogo que permitió alcanzar una resolución consensuada. Como resultado, se acordó:
Conformar una mesa de trabajo para su restauración integral.
Avanzar en el proceso para declararlo Patrimonio Cultural.
Elaborar un proyecto colaborativo que garantice su cuidado a futuro.
Quienes impulsaron su preservación celebraron el resultado, destacando que “el tradicional cartel de Ushuaia seguirá siendo parte de nuestra ciudad, en su lugar de siempre y en armonía con el espacio y su entorno” y que “este logro fue posible gracias al acompañamiento de toda Ushuaia, que puede crecer mirando al futuro sin olvidar sus raíces”.
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