Según detalló la acusación, Blanco habría utilizado la huella dactilar de la víctima, Lautaro Ortigoza, creyéndolo muerto, para ingresar a su teléfono celular y borrar conversaciones que lo vinculaban tanto a él como a Villanueva con el ataque. “Ingresó al teléfono de Lautaro creyéndolo muerto y eliminó todas las conversaciones que los vinculaban”, sostuvo el fiscal.
Entre los agravantes señalados se mencionaron la violencia del hecho, el intento de encubrimiento, el estado actual de la víctima y la presentación de falsas coartadas. “Esta fiscalía se ve impedida de alejarse del máximo legal”, expresó López Oribe al solicitar la pena.
Por otro lado, el fiscal pidió un reconocimiento especial al trabajo realizado por la Policía y las divisiones científicas que intervinieron en la investigación.
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