La intervención quirúrgica tuvo lugar el pasado 30 de abril. Luego de la operación, a la paciente se le suministró un medicamento que habría desencadenado una reacción adversa grave, ya que, según explicaron sus familiares, la mujer había informado con anterioridad sobre su cuadro de alergias, información que también quedó registrada en el prequirúrgico. A pesar de eso, los médicos habrían ignorado esos antecedentes.
A los pocos minutos de la administración del fármaco, la mujer comenzó a descompensarse, presentando vómitos y pérdida de signos vitales. Ante esta situación, fue trasladada de urgencia a terapia intensiva, donde permaneció desde el miércoles hasta el domingo. El lunes siguiente fue pasada a sala común tras presentar signos de recuperación.
Los familiares sostienen que no recibieron explicaciones claras por parte del profesional a cargo de la cirugía, el doctor Rubén Rogido, y aseguran contar con documentación en la que él mismo firma la indicación de medicamentos, entre los cuales figura uno al que la paciente es alérgica. Desde el entorno familiar también remarcaron que durante la internación existió una grave falta de coordinación entre el equipo médico y otras áreas, como el servicio de nutrición, al punto que se le ofrecieron alimentos contraindicados para su estado posoperatorio.
Finalmente, lamentaron que el equipo médico no reconociera el error cometido y remarcaron la importancia de visibilizar el caso para que situaciones similares no se repitan, en una institución donde a diario se atienden numerosos pacientes, incluyendo niños y personas mayores.
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