La Casa Rosada ratificó que rechazará cualquier proyecto que implique un incremento del gasto, incluidos los aumentos jubilatorios, “No hay ninguna chance de que toquemos el Presupuesto”, fue la definición que bajó el Ejecutivo, en medio de un escenario parlamentario adverso, donde la oposición buscará conseguir quórum el próximo miércoles, para avanzar con estos temas en Diputados.
Es por eso que en la Presidencia de Diputados comenzaron a elevar públicamente las consecuencias de que las iniciativas de aumento jubilatorio y extensión de moratoria se aprueben. “Proponen una sesión con proyectos de ley que, de aprobarse, tendrían un costo fiscal de más de 12.000 millones de dólares (1.8% PBI). Se esconden una vez más detrás de causas nobles con el solo fin de intentar romper el equilibrio fiscal que tanto nos costó conseguir”, publicó Martín Menem en su cuenta de X.
Mientras tanto, crece la tensión en el Hospital Garrahan por los reclamos de recomposición salarial. El Gobierno anunció que elevará los bonos para los residentes, con un salario de bolsillo que alcanzaría los $1.300.000. Sin embargo, los médicos residentes rechazaron la propuesta alegando que no hubo ningún ofrecimiento formal desde el Ministerio de Salud, de quien dependen.
“La medida será comunicada a través del sistema de comunicación interna el día lunes porque los domingos ‘no están disponibles’”, explicó el ministro de Salud, Mario Lugones. Según detallaron desde el sector, el aumento del bono no modifica el salario básico, que permanece en $797.000. “La medida de fuerza no tuvo ningún cambio”, remarcaron, y anticiparon una “marcha de las velas” al Obelisco.
Además, desde la Junta Interna de ATE advirtieron que el anuncio de aumento para un solo sector “agrava” el conflicto, ya que más del 90% del personal del hospital no fue incluido. “Tenemos que estar todos juntos: planta y residentes, sin distinción de tarea, oficio o profesión”, convocaron de cara a la asamblea general del martes.
En el Gobierno minimizan los reclamos y aseguran que están siendo “fogoneados por gremios que no quieren perder sus privilegios”. La conducción del hospital sostiene que el conflicto se desató por la implementación del sistema biométrico de control de asistencia. “El Garrahan no será más un refugio de ñoquis, y quien no se presente a trabajar será despedido”, afirmaron.
Desde el oficialismo insisten en que no cederán a medidas que comprometan el equilibrio fiscal. “Los números para ambos vetos están, y a Javier no le tiembla el pulso”, aseguraron funcionarios cercanos del presidente. Mientras, las protestas en el hospital se intensifican y podrían extenderse al resto del personal si no se amplía la negociación salarial.
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