Con el crecimiento de las ciudades fueguinas y la provincialización en 1991, la fuerza amplió su presencia territorial, modernizó su estructura y sumó nuevas tecnologías. Se crearon áreas especializadas para abordar delitos complejos y se incorporaron enfoques en derechos humanos, género y capacitación continua.
Hoy, la Policía fueguina mantiene un rol clave en la vida cotidiana de la comunidad, afianzando su vínculo con la ciudadanía y reafirmando su vocación de servicio público en cada rincón de la provincia más austral del país.
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