El indicador, medido por el EMBI de JP Morgan, había tocado un piso de 546 puntos a fines de 2023, pero se disparó en los últimos meses por la falta de acceso a los mercados de deuda, la presión cambiaria y la debilidad de las reservas internacionales, que rondan los u$s39.777 millones.

En paralelo, los bonos en dólares cayeron a valores cercanos a los u$s50, con rendimientos que promedian el 18% anual y que en algunos títulos superan el 22%. Para los inversores, estos precios ya descuentan la posibilidad de un nuevo default en los próximos años.

Desde el Gobierno, el ministro de Economía, Luis Caputo, aseguró en la red social X que la Argentina “va a honrar todas las deudas, como lo viene haciendo desde que asumió, aún con muchos menos recursos que ahora”.

En la misma línea, el vocero presidencial, Manuel Adorni, defendió la consistencia del programa económico y sostuvo que “los fundamentos son correctos y el esquema está preparado para que no haya problemas dentro de la banda de flotación cambiaria”. Además, remarcó que no existe riesgo de incumplimiento y que los mercados “sobrerreaccionan” frente a la coyuntura política y económica.